lunes, 21 de octubre de 2019

Morir lentamente... o el dolor del exilio.

En el Encuentro con población exiliada que ha retornado a Colombia realizado los pasados 11 y 12 de octubre de 2019, la Comisión de la Verdad se encontró en Bogotá con algunas de las personas que hemos retornado al país, para tener un primer acercamiento que permita conocer las causas y experiencias del exilio y sus impactos en el retorno. 

Al vernos forzadas a vivir en el exterior a causa del conflicto armado nos encontramos con que ninguno había pensado previamente en el exilio como posibilidad para su existencia. Sin embargo, la necesidad de la sobrevivencia nos llevó a tomar una determinación que trastornaron nuestra nuestra cotidianidad.


Se transformaron nuestras emociones, nuestras prácticas, como también las explicaciones sobre el mundo. Es difícil construirse en un nuevo territorio porque primero  llega el cuerpo y mucho tiempo después el cerebro. Son los afectos construidos en este nuevo espacio de vida los que más fácilmente llevan nuestra mente al nuevo territorio.


La carta que nunca me enviaron.

Son muchas las pérdidas, son muchas las faltantes, al principio son pocas las situaciones que nos hacen ser felices...

El sobre que me hubiera gustado recibir.
La comunicación es una de ellas, pero no siempre las personas nos dicen que nos aman o que les hacemos falta...

Cuando la separación corroe nuestra existencia
Vivimos con la ilusión de que llegue el cartero o que al menos un mensaje en una de las redes virtuales haga vibrar nuestro corazón...

Agregar leyenda

Morir lentamente

El exilio suena a dolor,
suena a llanto,
suena a tristeza,
suena a pérdida,
suena a reencuentro,
suena a nuevos caminos...

Tal vez, para quienes no han sido obligados
a abandonar su propio país
y a vivir en otro,
puede sonar distinto.

Cuando ya has construido la existencia
en un territorio diferente
y decides regresar,
te separas de los seres amados
rompes con los proyectos construidos,
trazas nuevas esperanzas
con las ilusiones fortalecidas
e inicias un nuevo camino.
¡Eso es el exilio!

Son las contradicciones de la vida misma.
Espero que nunca tengas que partir,
que alguna vez tengamos plenos derechos,
que todos valgamos lo mismo,
que no nos sigan asesinando
por amar distinto.

Manuel Antonio Velandia Mora, Bogotá. 21/10/2019

domingo, 1 de septiembre de 2019

Pedir asilo no es sencillo

Manuel Antonio Velandia Mora, septiembre de 2019

No es fácil lograr el asilo, pero un caso bien documentado puede lograrlo. Os dejo algunas recomendaciones.
Las personas deben presentar la solicitud del asilo, en el país de entrada a Europa, para pedirlo en España entonces debes llegar directamente a un aeropuerto español.
El asilo se presenta antes de cumplir el mes de estadía, por lo menos la solicitud, porque actualmente las citas las dan para casi un año después de solicitada.
En España puedes buscar apoyo de Cruz Roja o de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado). Ellos te ayudarán a hacer la solicitud. Debes llevar todo tipo de documentos que prueben tu caso: denuncias en la policía, la defensoría, la procuraduría, unidad para las víctimas, JEP o cualquiera otra entidad; artículos de prensa que hablen de su caso; cualquier documento que pruebe amenazas o riesgo para tu vida como la carta de desplazado o el reconocimiento como víctima. 
Busca llevar cartas de apoyo y solidaridad de organizaciones y personas con trabajo en los temas de tu campo de acción y que puedan reconocer tu trabajo como persona miembro de la comunidad LGBTI (si lo eres) y el riesgo que ha representado para ti ser un líder o lidereza social. 
Cruz Roja y CEAR ofrecen una pequeña ayuda en vivienda y comida si deciden acompañar el caso. Pero debes decidirte por una u otra entidad. Las dos tienen buena experiencia y trabajo probado. 
Luego de los cuatro a seis primeros meses no hay ningún tipo de ayuda adicional, así que este es un grave problema porque es muy difícil encontrar trabajo. En esto hay que ser muy realistas, sin dinero es imposible viajar a no ser que encuentres otro tipo de ayuda y acompañamiento, por ejemplo, de ACNUR o Amnistía Internacional, o de alguna otra agencia de cooperación internacional. Si una organización española te apoya, esto sería mucho mejor.
Ten copias suficientes de los documentos que apoyan tu caso. Es recomendable tener copias de todo en la Internet. Siempre te pedirán documentar su caso.
La aceptación de un caso demora aproximadamente seis a ocho meses, en algunos casos incluso el tiempo puede ser mayor. Durante ese tiempo se puede permanecer en el país, al aceptar el caso te darán un documento provisional de identificación que tendrás que renovar cada seis meses. Una vez te den el asilo, algo que puede demorarse más o menos tres años, ya tendrás un documento oficial de permiso de residencia por cinco años.
Si el caso no es resuelto positivamente, puedes conseguir mayor documentación y avales y presentar nuevamente la solicitud, teniendo en cuenta que debes hacerlo antes de cumplir un mes de la emisión del fallo.

viernes, 18 de enero de 2019

Pensamos que la vida sigue un camino recto, pero en cuanto parece que ya estamos encaminados ocurre un evento que crea una bifurcación en nuestra existencia que posibilita otro camino, que igualmente se bifurca y así sucesivamente. La vida está llena de momentos dolorosos, como también de momentos de alegría. La felicidad no es una experiencia plena y continua, es solamente la emergencia de nuestra historia y cotidianeidad, de los encuentros y desencuentros, porque la vida no es blanco o negro, ni de extremos opuestos, sino de múltiples matices del gris.
 
Así ha sido mi vida, así ha sido mi experiencia como víctima del conflicto armado colombiano, como refugiado y asilado en España, como ciudadano alicantino, maestro, investigador, militante, artista, líder social, militante marica, sujeto amoroso y luchador por los derechos humanos, los derechos sexuales de tod*s, pero con énfasis en los de las minorías sexuales.
Algun*s poc*s me conocen más ampliamente, otros muchos más me perciben en alguna(s) de mis múltiples facetas; al ser sujetos de múltiples identidades los vínculos, dependiendo su profundidad y cercanía o rechazo, permiten acercamientos diversos e incluso perversos.

Cumplo hoy doce años de ser exiliado en España

Extraña mezcla de conmemoración, duelo y celebración. Construir la paz requiere un ejercicio de perdón, no de olvido. Construir la memoria histórica es no perder la historia de los horrores cometidos a nombre de ideas, de los que quedamos víctimas como también victimarios; los victimarios los hay de todos los bandos y cada uno cree tener la razón de su ejercicio asesino en nombre de la libertad y lo que llama sus derechos.
No puedo sustraerme de la memoria y el dolor, pero decidí que no fueran el único eje de mi existencia. Al ampliar mis horizontes se multiplicaron mis perspectivas y mi propia conciencia de mí. Ahora me defino como una mariquita ARTivista de ascendencia indígena, tansdisciplinario, político, migrante y refugiado en un proceso de descolonización y disidente del régimen colonial blanco-heterosexual capitalista, quien ha pasado toda su vida estudiando, co-construyendo conocimiento, creando y experienciando las dinámicas de la vida y la cotidianeidad.

Llegué a San Sebastián, País Vasco, siendo casi las 11 de la nevada noche del 17 de enero de 2007. Aterricé en Madrid sin maletas porque me las habían refundido en Miami; tan solo traía conmigo una mochila con lo indispensable y en ella una cámara fotográfica, una premonición de lo que sería mi nueva vida en este reino. No traía ropa para el invierno, así que al día siguiente compré lo necesario para sobrevivir a la experiencia del frío. Tres días después llegaron mis pertenencias, el lunes 22 fui por primera vez a la Universidad del País Vasco para hablar con los maestros y matricularme.
Mi vida en estos doce años ha sido una permanente contradicción. He sido feliz estudiando, he realizado dos doctorados, he hecho otros dos másteres y homologado mi título de sociólogo.

Marica y sujeto de derechos

En San Sebastián tuve mis primeros contactos con el movimiento asociativo LGBT español de la mano de Gehitu, Asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales del País Vasco, organización que acompañó mi petición de asilo, proceso cuya primera parte realicé con CEAR, Comisión Española de Ayuda al Refugiado, y posteriormente con la Cruz Roja Española. Gracias a ellos me relacioné nuevamente con la FELGTB y en ella me vinculé con Adriana Rodríguez quien ya conocía mi trayectoria como líder del movimiento en Colombia.
Recordemos que el conflicto armado en Colombia se inició conceptualmente en España, exactamente en Benidorm, en un convenio llamado “Frente Nacional” realizado el 20 de julio de 1957 entre conservadores y liberales excluyendo a las izquierdas y turnándose el poder por 16 años entre las mismas familias que lo habían hecho siempre.
En los últimos 11 años he vivido en Alicante, localizada a una hora de Benidorm, he ido allí muchas veces, ya no existe el lugar en el que se hizo ese macabro convenio, tal vez por ello para mí dicha ciudad tiene tanto atractivo como rechazo.
Previamente viví por cuatro meses en la Vila Joiosa. Adriana Rodríguez y su esposa Angie Simonis me acogieron en su casa. Vine para iniciar de forma simultánea con mi formación en la Universidad del País Vasco, el doctorado en la Universidad de Alicante, en donde tuve el privilegio de tener a Mercedes Rizo como mi directora de Tesis y a Ernesto Cortés como asesor, siendo más que orientadores se convirtieron en cuidadores de mi salud mental.
El matrimonio Simonis&Rodriguez me invitó a DecideT, la asociación de lesbianas, gays, bi y transexuales de Alicante; luego de tres meses de voluntario pasé a ser coordinador general y estando en ello decidí que mis dos tesis doctorales se relacionaran con las sexualidades, el sida y la educación universitaria e informal para las sexualidades. Estando en DecideT llegaron a mi vida Anxo Amaro y Marisol Moreno y me aproximé al Concejo de la Juventud y en él a Antonio Domenech quien fuera mi novio, y a Daniel Simón Plá e Ismael Vicedo Madrazo y sus propuestas sociales, culturales y políticas.
Nuestra sede para reuniones estaba ubicada en la sede en la ciudad de la Universidad de Alicante, entidad que me dio la oportunidad de hacer mis primeras dos exposiciones fotográficas, siendo una de ellas la de las Barbies transexuales que me dio mi primer espacio de repercusión internacional como artista, como también de ARTivismo queer y el primer amago de censura.
Desde DecideT conocí a Paloma Gómez como funcionaria en el tema de igualdad, y a Virgilio Candela y Llum Quiñonero entre otros líderes sociales y trabajadores por los derechos humanos y sexuales. Fueron tres importantes años creando un tejido social en el que me relacioné con líderes comunitarios en otros campos, entre ellos a tres colombian*s, refugiad*s, asilad*s e igualmente víctimas del conflicto armado como yo: Luis Carlos Acero, Leonora Castaño Cano y Albeiro Santana Rodríguez; con ell*s me integré al Foro Internacional de Víctimas y trabajar en la salud mental de las víctimas colombianas en el exilio, dar a conocer en Roma mis performances y poesía.

Mi proceso de implicación como directivo culminó cuando Josep Fuster fue elegido coordinador general de Diversitat Col•lectiu de lesbianes, gais, trans i bisexuals de Alacant, aun cuando nunca se deja de ser militante, en este proceso alterné con José Ramon Samper y Chus Arroyo y llegó Artegalia; con esta radio vino Iracy Llinares Alves quien me invitó a Sexólogos sin Fronteras, entidad en la que me vinculé más estrechamente con Vicent Bataller Perelló; también me aproximé a Lydia Na y Katherine Muñoz López quien se convirtió en la modelo más importante de varios de mis proyectos; de su mano vinieron Amparo Zaragoza Martínez y Radioboy.

El arte de vivir y de no vivir del arte

Es esta ciudad pude dedicarme al arte, gracias al Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert logré formarme como grabador y hacer mis primeros libros de artista, incluso exponer allí algunos de mis grabados; algunas de mis obras hacen parte de su archivo artístico. Allí conocí a Juana María Balsalobre quien me vinculó con Pilar Tébar; en un curso del IAC me relacioné con José Luis Martínez Meseguer, ellos se interesaron por mi obra, me convocaron para su proyecto de artistas alicantinos “Tot el que veus es art. 365_ALC”; Tébar como comisaria ha escrito los textos críticos de varias de mis exposiciones. Por este lado también llegó a mi vida Josep Lluís González Cuervo.
Allí también establecí vínculos con la periodista África Prado de la sección de cultura del Diario Información y con Juanjo Cervetto quien se preocupó por que mi obra artística se conociera, me llevó a ferias internacionales, dio a conocer mi poesía y me vinculó con Pepa Berenguer, quien me abrió las puertas de Viva la Pepa para presentar mis performances. Por intermedio de todos ellos me fui aproximando a l*s artistas alicantinos en diversos campos del arte, en el IAC conozco a María Gilabert e inicio mi andadura como periodista y fotógrafo de cultura escribiendo en AlicanteMag, y simultanea y posteriormente en VahoMagazine y en LoBlanc. En el IAC recibí clases de Susana Guerrero y Antonio Navarro, entre muchos otros que transformaron mi mirada, y artistas que fueron compañeras de formación como Marian Botella Carratalá, Marina Martínez Contreras, Carmen Muñóz y Reyes Caballero y otros complices del arte como Martín Perez Ripoll, Natalia Molinos Navarro y Eduardo Serrano, quien también ha sido mi maestro en el B&N.
Con la poesía llegaron Mariano Sánchez Soler, Esther Abellán y Begoña Rodríguez López y con ellos se fue ampliando mi interés por la poesía y con Mariano por los relatos, procesos que me motivaron a escribir y publicar. También vinieron por este medio Gaëlle Maurelli, Anima Merce, Beatriz Giovanna Ramírez, Begoña Abellán, Cristina Granja, Harmonie Botella Chaves, Helena Vilella, Matías González Pinos, Ramón Andreu Calderón, Rosa Cuadrado, Gabriel Jiménez Olariaga, José Luis Rico…
En un curso de la CAM con Mira Bernabéu conocí al fotógrafo Juan Carlos Puig y éste me habló de José Luis Carrillo y sus formaciones en fotografía en Cultura de El Campello, donde hice un curso de nivel medio. En éste tuve como compañero a Juan Carlos Sanz, quien posteriormente fuera mi pareja por algo más de cuatro años. Con él realicé proyectos conjuntos en Photoalicante, Festival Internacional de Fotografía de Alicante. Proyectos que se han extendido al mutuo apoyo con Gaspar quien hoy es su pareja.
Con la fotografía me acerqué al Club fotográfico de Alicante, allí me relacioné con Carlos Balsalobre, Isabel Rico (la persona quien más me ha ayudado en España), Salvador Galán y Mercedes Fittipaldi; por mis trabajos fotográficos del CFA me acerqué a Alex Mora y a Rubén Piqueras y con éste a José Javier Bravo, Roberto Kirchoff y Roberto Rubio, transformistas y modelos con quienes ganara dos premios internacionales de fotografía.
al club llevé a Juan Sanz, fuimos compañeros de formación en el Master de Proyectos de autor y fotografía contemporánea de Photoalicante/Mistos. Escuela en la que conocí a muchos artistas entre ellos María Moldes, Vero McClain, Carolina Diego,  Valiente Verde, Alberto García Alix, Gervasio Sánchez, Gustavo Alemán, Pascual Martínez, Agus Bre y much*s otr*s, especialmente a Lucía Morate Benito, mi directora de tesis y maestra en el máster y a mis compañer*s de clase Tony Kuraga con quien hice un interesante proyecto, Mar Blanes quien me ha llenado de cuidados, Masha Petrushka y su marido, y a Kike Martinez y su maquina de humo.
Con Diana Guijarro llegó Domix Garrido y mi interés renovado por la performance, que me unió a Anna María Staiano y a Graham Bell que me permitieron llegar a Londres y Valencia. La vista de ls periodistas Angélica Pérez Pérez y  Nicolas Quimbayo para hacer un documental sobre mi vida de exiliado, me unieron a Hilvanando la Memoria y Ligia Vásquez quienes me posibiliaton mostrar mi obra en París y en Estrasburgo.

Otras miradas

Dice mi amigo Antonio Mejía: “Para mí todo exilio es luctuoso. Nada qué celebrar ni conmemorar. Me molesta este ejercicio pedagógico que haces de recordarnos el despojo que nos hicieron los paras, de lo que tú significabas para nosotros. Por favor, como para mí es un duelo, sácame de tu lista macabra de efemérides. Nada que celebrar”.
Otros dirán y se preguntarán ¿todo este rollo para qué? y yo, tan solo respondo que escribo para desahogarme, para darle gracias a la vida porque el perdón me ha permitido ser libre y la libertad me ha posibilitado extender mis alas y permitido volar junto a otras voces, en diversas luchas y el disfrute de los afectos, los amores y el compartir de saberes.
No he nombrado a tod*s aquell*s seres humanos con quienes he compartido en Alicante, pero están casi tod*s quienes me han ayudado de alguna forma a crecer como ser humano. Qué más se le puede pedir a la vida que sea diferente a la posibilidad de tener a quien amar y dejarse amar, porque solo en el cariño el otro, la otra, le otre nos importan.
Este escrito es para dar gracias porque aun cuando me embarga la tristeza es mucho más importante dejarme llenar de amor y sentir el impactante gozo de la ternura.

miércoles, 16 de enero de 2019

La vida es más llevadera cuando se vive en el aire


Noveno de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”. La transición entre Colombia y España. 


16 y 17 de enero de 2007.

Tan solo he podido dormir algo menos de una hora. He tratado de no hacer ruido para no despertar a Ricardo. Las maletas ya están listas en la puerta y yo hago tiempo preparándome el desayuno, ya sé que es demasiado temprano para hacerlo, pero necesito estar ocupado.
Creo que Molano tampoco pudo dormir mucho...  Así que preparo desayuno también para él. Ha bajado a la cocina, se sienta a la mesa. No hablamos mucho. Cuando estamos terminando se oye el timbre de la puerta, es Giovanni mi sobrino que viene a buscarme. Miro la hora y me doy cuenta de que el tiempo ha pasado de prisa.
Ricardo está en la puerta y las dos gatas, como si supieran que yo me marcho, han salido a despedirse. Como siempre Botas sale corriendo y se para en el podio de la ventana de la segunda planta a mirar hacia afuera. Mientras Gio sube las maletas, Ricardo y yo nos damos un fuerte y largo abrazo. Ambos lloramos... Yo me subo en el auto y no quiero mirar hacia atrás... Lloro una buena parte del trayecto hacia el aeropuerto.
Mi sobrino me acompaña y ayuda con una maleta. Soy la primera persona que llega al mostrador de la línea aérea, así que ni siquiera debo hacer fila. La azafata que me atiende me mira extrañada... Las maletas son realmente grandes. Son 216 dólares lo que debo pagar de sobre equipaje.
Unos minutos después de entregar el equipaje llega Luisa. Hablamos un poco mientras vienen Crisanto y Stellita. Ella debe entregarme las llaves del apartamento a donde llegaré en San Sebastián. Me da todas las indicaciones pertinentes para ingresar al apartamento, abrir el sistema del calentador de agua y cuál será mi habitación. Me informa que en la nevera hay algunas cosas que puedo usar. Ellos han regresado hace poco de España.
Se me viene a la mente la idea de que debo decirles que voy al exilio, pero me contengo. Aún no están abiertos todos los restaurantes del aeropuerto, así que nos vamos a uno de empleados. Los aviones se ven demasiado cerca. Vuelvo a tomar café y hablamos de cosas en general. Nos hemos desentendido del tiempo y cuando nos damos cuenta de la hora que es, debo salir corriendo. Creo que ha sido mejor, así nos hemos ahorrado los discursos largos y las nostalgias brotando de nuestros ojos.
Solo llevo conmigo una pequeña mochila con algunos elementos de limpieza oral, un libro que no he terminado de leer y la cámara fotográfica. Paso rápidamente el control y me dirijo a la sala de espera. Me siento y entrecierro los ojos, pienso en que no tengo ninguna imagen del lugar a dónde voy a llegar lo único que tengo claro es que va a ser algo de frío, tampoco sé a qué hora llegaré a San Sebastián, no se me ocurrió comprar un tiquete hasta allí si no que compré uno a Madrid con una escala en los Estados Unidos, tengo dudas si es en Miami o en Nueva York. Pienso preguntarlo, pero lo olvido.
Me ubico en la silla junto a la ventanilla, es algo que siempre hago. Sigo el rito tradicional: me quito la chaqueta, la doblo y la guardo en el portaequipaje. Saco el libro y lo pongo en el bolsillo tras la espalda de la silla delantera, observo si tengo a mano el resaltador con el que marco pedazos de texto y el lápiz o esfero con el que hago notas en el margen limpio del texto que leo. Preparo la cámara fotográfica, siempre tengo la idea de que el avión puede caer y yo haré algunas fotos después de que esto suceda, así quedará algún registro para la memoria. En caso de que sobreviva ayudaré a algunas personas (siempre quedo vivo e ileso) y luego haré fotografías. Como le tengo vértigo a las alturas no miro hacia abajo sino a la línea del horizonte. Hay un bonito día.
Pronto me quedo dormido y ni siquiera ha salido el vuelo. Escucho a la azafata que ofrece al compañero de silla opciones para el desayuno. Desayuno una vez más y nuevamente me quedo dormido. Despierto cuando el avión está carreteando. Me entero de que la escala en Miami. Anuncian que se deben reclamar las maletas y dejarlas en un lugar del que no tomo nota. Tendré algo más de tres horas antes de partir a Madrid. Como tengo visa americana puedo pasear un poco antes de la salida del vuelo. Camino por el aeropuerto, recojo la maleta y averiguo el lugar en que debo dejarlas, las llevo allí y voy hacia la zona de restaurantes… comeré algo.
Subo al avión y repito el rito de siempre. No recuerdo cuánto dura el vuelo, siempre olvido estos datos… creo que serán casi 10 horas. En el avión nos dan almuerzo y luego me dirijo a la zona de azafatas, tomo dos copas de Cointreau, lo aprendí a tomar con mi primer novio que es francés; permanezco de pie por un buen tiempo. Observo a una mujer que ha salido del baño y ha dejado un pedazo de su falta entre su ropa interior. Todos la miran… una azafata pasa corriendo junto a mí, le informa a la mujer lo que sucede. La chica se sienta rápidamente, se oye un pequeño murmullo. Siento vergüenza ajena. Voy a mi asiento y pronto quedo dormido. Me despierto, me pongo de pie y busco un café. Lo tomo de pie y regreso a mi sitio… miro por la ventana, pero no oriento mi vista a nada en concreto.
Anuncian la llegada del vuelo y yo pongo nuevamente mis cosas en la mochila. Hago la inmigración rápidamente. Voy por mi maleta; pasan y pasan equipajes, el mío no llega. Espero casi una hora hasta que logro encontrar el sitio dónde preguntar. Me informan que no ha llegado, debo rellenar un formato y me piden que de una dirección de a donde lo pueden enviar. Llamo a la compañía de seguros y me dicen que es necesario hacer una reclamación, que tengo derecho a comprar cosas básicas de vestido y aseo.
Para viajar de Madrid a San Sebastián debo hacerlo por la compañía ALSA, en autobús. El bus sale de Madrid desde el Intercambiador Avenida de América. Debo ir hacia allí en Metro. Son casi siete horas de viaje desde que salgo del aeropuerto hasta llegar a la estación en Donostia, así me entero de que la ciudad tiene un nombre diferente en Eusquera. Al llegar está nevando, son casi las once de la noche, no llevo ropa de invierno y gracias a la vida no tengo maletas, ya había descubierto en Miami lo incómodo y difícil que fue cargar con las dos al mismo tiempo así las dos tengan ruedas, en especial si no tienes un carro especial para ello.
Tengo un pequeño mapa trazado a mano por el que me guío para llegar al apartamento; voy a pie. Hay un pequeño error y termino en otra calle. No siento el frío. No hay gente en la calle y decido devolverme a ver si encuentro a alguien. Me encuentro un hombre quien me informa que la calle es otra. Llego al apartamento, subo al piso y pienso que necesito bañarme. No tengo sueño pues también he dormido en el bus… me baño y me pongo a leer algo que encuentro en la biblioteca de Orcasitas.
Ha sido uno y medio días de viaje, estoy cansado; no he asimilado plenamente que estoy en otra ciudad, en otro país. Decido irme a la cama, ya es la noche del miércoles 17 de enero de 2007.
El cambio de horario me tiene despistado con mis ritmos mentales y corporales, son siete horas de diferencia; son casi las doce y treinta y decido irme a la cama. En ese momento llega Orcasitas.


Alicante, España. 17 de enero de 2019.

Lea en estos links los relatos previos 

En este link puede leerse la primera entrega de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”: Gozar de la cercanía de los seres amados: El mari(ca)... del Manuel; Leer aquí la segunda entrega: Del corazón y otras razones; en este link la tercera entrega: Cuando el cloro de la piscina de la vida cotidiana irrita tus ojos; aquí la cuarta entrega: En medio de la tempestad algo de calma; en este otro la quinta entrega: Todo se derrumba, todo se construye; es este link la sexta entrega: No solo de recuerdos está hecho el mundo; la séptima entrega: De los ritos de la vida y de la muerte; y,  por último Abandonar y quedarse al mismo tiempo, que puede leerse aquí.

martes, 15 de enero de 2019

Abandonar y quedarse al mismo tiempo


Octavo de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”.

Lunes 15 de enero de 2007
Hoy me he despertado muy temprano, la ansiedad que me produce saber si me dan o no la visa no me ha dejado dormir apropiadamente.
En medio de la noche intenté meter cosas en las maletas, pero me di cuenta de que las que tengo son muy pequeñas. He tomado la determinación de comprar maletas muy grandes y pagar exceso de equipaje porque estoy seguro de que me lo cobrarán. Aun así, estoy haciendo grupos de cosas que deseo llevar. En esos pequeños montículos quito y pongo elementos.
Sé que quiero llevar algunos de mis libros, de lo que sí estoy seguro es que llevaré copias de aquellos que son de mi autoría y en los que aparecen capítulos escritos por mí.
El papel pesa demasiado, a pesar de ello llevaré las copias originales con los sellos de recibido de las diferentes denuncias que hice en las diversas instituciones que han atendido mi caso. Todo este material lo he venido recogiendo desde que me decidí por el exilio. Tengo documentos del Ministerio del interior dirección General para los derechos humanos, la Policía Metropolitana de Bogotá... No había hecho conciencia de qué tenía correspondencia del grupo de protección de dignatarios, eso me pareció extraño, aun cuando había tenido guardaespaldas policía por algunos días, no tenía conciencia de que dos estaciones de policía hacían rondas de vigilancia en mi casa y en los lugares que yo frecuento; defensoría del Pueblo la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y también de la SIJIN[1].
Gloria Ortega[2] fue quien pensó que yo necesitaba los guardaespaldas, y a pesar de que era verdad tenerlos era terriblemente incómodo, no podía mirar a ningún hombre en la calle y menos saludar a nadie pues siempre querías saber quién era, de dónde lo conocía y era algo molesto tener que decirles que lo único que sabía del chico en cuestión era que ¡estaba muy bueno!
Más engorrosos aún era tener permanentemente un policía en la puerta; siempre querían identificar a todo el que llegaba y conocer sus antecedentes en la base de datos de la policía… Dos de los asesorados eran guerrilleros que tenían sus actividades en el Caquetá, otro personaje era un sacerdote a quien cuidaba una paramilitar que creo que era además su novio…  Ni siquiera yo sabía quiénes eran las personas que buscaban apoyo y no podíamos pedirles sus nombres porque en la línea de apoyo de la fundación Apoyémonos que funcionaba en casa les informábamos que el servicio era anónimo, gratuito y confidencial…  así que los guardaespaldas duraron muy poco a nuestro servicio.
He llegado muy temprano a la embajada, aún estaba cerrada la puerta. Fui el primero en entrar. Me atendieron bastante rápido; aun así, sentía que el corazón se me iba a salir del sitio; la persona que me atendió no me dijo si me habían dado la visa o no, simplemente me entregó el pasaporte; cuando lo ojeé y me detuve en la página en la que estaba la visa sentí como un pequeño vacío. Es muy contradictorio porque sabía que, por una parte, me podía ir inmediatamente, y por la otra, tenía ya la certeza de que mi vida en Colombia se acababa.
Lo más fuerte fue escuchar que debería comprar un seguro de repatriación de cadáver... Extraña paradoja porque viajaba precisamente por la necesidad de seguir viviendo. He ido inmediatamente a comprarlo.
Esta partida me ha puesto frente a situaciones con respecto a las cuales ya había tomado decisiones. Me han dicho además que debo comprar un seguro de salud por 3 meses como mínimo. Ya previamente me dijeron que debía realizarme una prueba diagnóstica para la presencia del VIH, el virus que causa el SIDA, de tuberculosis y de enfermedades de transmisión sexual. Yo sabía que no tenía nada porque uso condones desde 1979 y además, en un arranque de imbecilidad me había hecho una prueba rápida en Montreal, en el Congreso Mundial de SIDA el que me invitaron a hablar. Se repitió el mismo temor infundado y la crisis emocional de la espera.
Me he encontrado con Marcela Sánchez Buitrago directora de Colombia Diversa, el programa no gubernamental de protección a defensores de derechos humanos en Colombia, con planeta paz y con Henry Vallejo Vargas coordinador del Centro Comunitario LGBT de Bogotá; también he hablado con Piedad Córdoba. a instituciones y personas les he solicitado que avalen que soy un líder en el tema de los derechos humanos de las minorías sexuales en Colombia. Por supuesto les he tenido que explicar para qué era la carta e igualmente les he solicitado que escriban lo que ellos estimen conveniente. Algunas de las cartas me las escribieron inmediatamente y las otras quedaron de enviarlas por correo electrónico. Estoy muy sensible y leer las cartas aun cuando me agrada me producen también mucha tristeza.
Me pareció muy importante llevar la donación de revistas, vídeos, un equipo de reproducción multi-sistema y un televisor al Centro Comunitario LGBT, pues pienso que ellos son los mejores depositarios de esos equipos y documentos. Mi biblioteca de libros relacionados con las sexualidades, muchos de ellos entregados en mano, dedicados y autografiados por sus autores. Me ha firmado la recepción Iván Ángel Manrique a nombre de la Unión Temporal Profamilia/ Arcoiris/ Colombia Diversa... Sentí cierta satisfacción al ver que la mía era la primera donación.
He comprado las dos maletas, son enormes; me han asegurado que las reciben sin ningún problema... Excepto que debe de pagar como mínimo 100 dólares por cada una de ellas por exceso de equipaje.
Seis veces he hecho y deshecho la maleta. Al mismo tiempo están viniendo personas para despedirse. Yolanda Quintero se llevó algunos de mis cuadros para guardarlos, Alfonso castaño también me la guardara algunas obras y otras se las he regalado, también ha querido guardarme dos enormes espejos cuyos marcos están tallados a mano y decorados con pan de oro... Cuando he pensado a quién y qué dejar de regalo o guardado también he tenido que decidir que probablemente estas cosas les quedarán de manera permanente si es que no puedo regresar o me muero antes. A John, mi novio, le he dado algunos detalles especiales, cosas mías que sé que le encantan... Quien se quedará con la mayoría de las cosas es Ricardo Molano… me produce nostalgia y desasosiego dejarle montones de tareas; no me siento capaz de decidir; sé que él tiene el criterio suficiente para decidir, lo que no sé es como hará para movilizar sus emociones…Me han traído algunos regalos de Navidad y debo hacer un campo para ellos en la maleta.
3:40 minutos de la mañana, se va la última persona. Todos los abrazos terminan en llanto, en especial con los que conocen la razón real de mi partido. A Molanito algunas veces se le humedecen los ojos cuando los otros lloran, nunca hemos hablado de qué siente él, porque tampoco lo hemos hecho sobre cómo me siento yo. Molano también se va a su cama, es muy valiosos tenerlo cerca y como amigo, cómplice, compañero…
Intentaré dormir al menos una hora... Debo estar en el aeropuerto a las 5:30 de la mañana. Alrededor mío hay un enorme caos... No tengo deseo de arreglar nada, tan solo quiero cerrar los ojos y olvidarme del mundo por unos minutos.
Alicante, enero 15 de 2019

Lea en estos links los demás relatos
En este link puede leerse la primera entrega de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”: Gozar de la cercanía de los seres amados: El mari(ca)... del Manuel; Leer aquí la segunda entrega: Del corazón y otras razones; en este link la tercera entrega: Cuando el cloro de la piscina de la vida cotidiana irrita tus ojos; aquí la cuarta entrega: En medio de la tempestad algo de calma; en este otro la quinta entrega: Todo se derrumba, todo se construye; es este link la sexta entrega: No solo de recuerdos está hecho el mundo; la séptima entrega: De los ritos de la vida y de la muerte; y,  por último Abandonar y quedarse al mismo tiempo, que puede leerse aquí.


[1] SIJIN: Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional de Colombia.
[2] Periodista y sobre todo amiga. Cómplice y aliada en el trabajo preventivo en sida desde las ONG y también como jefe de Prensa del Ministerio de Salud en Colombia durante la administración de Camilo González Posso. Gracias a su intermediación fui el primer homosexual pagado por la Organización Mundial de la Salud como asesor de un Ministro de Salud para el Programa nacional de sida de Colombia. Fue directora de la Fundación Apoyémonos, Fundación colombiana de apoyo en sida, hepatitis y otras enfermedades de transmisión sexual.