Octavo de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”.
Lunes 15 de enero de 2007
Hoy me he despertado muy temprano, la ansiedad que me
produce saber si me dan o no la visa no me ha dejado dormir apropiadamente.
En medio de la noche intenté meter cosas en las maletas, pero me di
cuenta de que las que tengo son muy pequeñas. He tomado la determinación de
comprar maletas muy grandes y pagar exceso de equipaje porque estoy seguro de
que me lo cobrarán. Aun así, estoy haciendo grupos de cosas que deseo llevar.
En esos pequeños montículos quito y pongo elementos.
Sé que quiero llevar algunos de mis libros, de lo que sí
estoy seguro es que llevaré copias de aquellos que son de mi autoría y en los
que aparecen capítulos escritos por mí.
El papel pesa demasiado, a pesar de ello llevaré las copias
originales con los sellos de recibido de las diferentes denuncias que hice en
las diversas instituciones que han atendido mi caso. Todo este material lo he
venido recogiendo desde que me decidí por el exilio. Tengo documentos del
Ministerio del interior dirección General para los derechos humanos, la Policía
Metropolitana de Bogotá... No había hecho conciencia de qué tenía
correspondencia del grupo de protección de dignatarios, eso me pareció extraño,
aun cuando había tenido guardaespaldas policía por algunos días, no tenía
conciencia de que dos estaciones de policía hacían rondas de vigilancia en mi
casa y en los lugares que yo frecuento; defensoría del Pueblo la Dirección de
Derechos Humanos del Ministerio del Interior y también de la SIJIN[1].
Gloria Ortega[2]
fue quien pensó que yo necesitaba los guardaespaldas, y a pesar de que era
verdad tenerlos era terriblemente incómodo, no podía mirar a ningún hombre en
la calle y menos saludar a nadie pues siempre querías saber quién era, de dónde
lo conocía y era algo molesto tener que decirles que lo único que sabía del
chico en cuestión era que ¡estaba muy bueno!
Más engorrosos aún era tener permanentemente un policía en la puerta; siempre querían identificar a todo el que llegaba y conocer sus antecedentes en la base de datos de la policía… Dos de los asesorados eran guerrilleros que tenían sus actividades en el Caquetá, otro personaje era un sacerdote a quien cuidaba una paramilitar que creo que era además su novio… Ni siquiera yo sabía quiénes eran las personas que buscaban apoyo y no podíamos pedirles sus nombres porque en la línea de apoyo de la fundación Apoyémonos que funcionaba en casa les informábamos que el servicio era anónimo, gratuito y confidencial… así que los guardaespaldas duraron muy poco a nuestro servicio.
Más engorrosos aún era tener permanentemente un policía en la puerta; siempre querían identificar a todo el que llegaba y conocer sus antecedentes en la base de datos de la policía… Dos de los asesorados eran guerrilleros que tenían sus actividades en el Caquetá, otro personaje era un sacerdote a quien cuidaba una paramilitar que creo que era además su novio… Ni siquiera yo sabía quiénes eran las personas que buscaban apoyo y no podíamos pedirles sus nombres porque en la línea de apoyo de la fundación Apoyémonos que funcionaba en casa les informábamos que el servicio era anónimo, gratuito y confidencial… así que los guardaespaldas duraron muy poco a nuestro servicio.
He llegado muy temprano a la embajada, aún estaba cerrada la
puerta. Fui el primero en entrar. Me atendieron bastante rápido; aun así,
sentía que el corazón se me iba a salir del sitio; la persona que me atendió no
me dijo si me habían dado la visa o no, simplemente me entregó el pasaporte;
cuando lo ojeé y me detuve en la página en la que estaba la visa sentí como un
pequeño vacío. Es muy contradictorio porque sabía que, por una parte, me podía
ir inmediatamente, y por la otra, tenía ya la certeza de que mi vida en
Colombia se acababa.
Lo más fuerte fue escuchar que debería comprar un seguro de
repatriación de cadáver... Extraña paradoja porque viajaba precisamente por la
necesidad de seguir viviendo. He ido inmediatamente a comprarlo.
Esta partida me ha puesto frente a situaciones con respecto
a las cuales ya había tomado decisiones. Me han dicho además que debo comprar
un seguro de salud por 3 meses como mínimo. Ya previamente me dijeron que debía
realizarme una prueba diagnóstica para la presencia del VIH, el virus que causa
el SIDA, de tuberculosis y de enfermedades de transmisión sexual. Yo sabía que
no tenía nada porque uso condones desde 1979 y además, en un arranque de
imbecilidad me había hecho una prueba rápida en Montreal, en el Congreso
Mundial de SIDA el que me invitaron a hablar. Se repitió el mismo temor
infundado y la crisis emocional de la espera.
Me he encontrado con Marcela Sánchez Buitrago directora de
Colombia Diversa, el programa no gubernamental de protección a defensores de
derechos humanos en Colombia, con planeta paz y con Henry Vallejo Vargas coordinador
del Centro Comunitario LGBT de Bogotá; también he hablado con Piedad Córdoba. a instituciones y personas les he solicitado que avalen que soy un líder en el
tema de los derechos humanos de las minorías sexuales en Colombia. Por supuesto
les he tenido que explicar para qué era la carta e igualmente les he solicitado
que escriban lo que ellos estimen conveniente. Algunas de las cartas me las
escribieron inmediatamente y las otras quedaron de enviarlas por correo
electrónico. Estoy muy sensible y leer las cartas aun cuando me agrada me producen
también mucha tristeza.
Me pareció muy importante llevar la donación de revistas, vídeos, un equipo de reproducción multi-sistema y un televisor al Centro Comunitario LGBT, pues pienso que ellos son los mejores depositarios de esos equipos y documentos. Mi biblioteca de libros relacionados con las sexualidades, muchos de ellos entregados en mano, dedicados y autografiados por sus autores. Me ha firmado la recepción Iván Ángel Manrique a nombre de la Unión Temporal Profamilia/ Arcoiris/ Colombia Diversa... Sentí cierta satisfacción al ver que la mía era la primera donación.
Me pareció muy importante llevar la donación de revistas, vídeos, un equipo de reproducción multi-sistema y un televisor al Centro Comunitario LGBT, pues pienso que ellos son los mejores depositarios de esos equipos y documentos. Mi biblioteca de libros relacionados con las sexualidades, muchos de ellos entregados en mano, dedicados y autografiados por sus autores. Me ha firmado la recepción Iván Ángel Manrique a nombre de la Unión Temporal Profamilia/ Arcoiris/ Colombia Diversa... Sentí cierta satisfacción al ver que la mía era la primera donación.
He comprado las dos maletas, son enormes; me han asegurado
que las reciben sin ningún problema... Excepto que debe de pagar como mínimo
100 dólares por cada una de ellas por exceso de equipaje.
Seis veces he hecho y deshecho la maleta. Al mismo tiempo
están viniendo personas para despedirse. Yolanda Quintero se llevó algunos de
mis cuadros para guardarlos, Alfonso castaño también me la guardara algunas
obras y otras se las he regalado, también ha querido guardarme dos enormes
espejos cuyos marcos están tallados a mano y decorados con pan de oro... Cuando
he pensado a quién y qué dejar de regalo o guardado también he tenido que
decidir que probablemente estas cosas les quedarán de manera permanente si es
que no puedo regresar o me muero antes. A John, mi novio, le he dado algunos
detalles especiales, cosas mías que sé que le encantan... Quien se quedará con
la mayoría de las cosas es Ricardo Molano… me produce nostalgia y desasosiego
dejarle montones de tareas; no me siento capaz de decidir; sé que él tiene el
criterio suficiente para decidir, lo que no sé es como hará para movilizar sus
emociones…Me han traído algunos regalos de Navidad y debo hacer un
campo para ellos en la maleta.
3:40 minutos de la mañana, se va la última persona. Todos
los abrazos terminan en llanto, en especial con los que conocen la razón real
de mi partido. A Molanito algunas veces se le humedecen los ojos cuando los otros lloran,
nunca hemos hablado de qué siente él, porque tampoco lo hemos hecho sobre cómo
me siento yo. Molano también se va a su cama, es muy valiosos tenerlo cerca y
como amigo, cómplice, compañero…
Intentaré dormir al menos una hora... Debo estar en el
aeropuerto a las 5:30 de la mañana. Alrededor mío hay un enorme caos... No
tengo deseo de arreglar nada, tan solo quiero cerrar los ojos y olvidarme del
mundo por unos minutos.
Alicante, enero 15
de 2019
Lea en estos links los demás relatos
En este link puede leerse la primera
entrega de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”: Gozar de la cercanía de los seres amados: El
mari(ca)... del Manuel; Leer aquí la segunda entrega: Del corazón y otras razones; en
este link la tercera entrega: Cuando
el cloro de la piscina de la vida cotidiana irrita tus ojos; aquí
la cuarta entrega: En medio de la
tempestad algo de calma; en este otro la quinta entrega: Todo se derrumba, todo se construye; es
este link la sexta entrega: No solo de
recuerdos está hecho el mundo; la séptima entrega: De los ritos de la vida y de la muerte; y, por último Abandonar y quedarse al mismo
tiempo, que puede
leerse aquí.
[1] SIJIN: Dirección
de Investigación Criminal de la Policía Nacional de Colombia.
[2]
Periodista y sobre todo amiga. Cómplice y aliada en el trabajo preventivo en
sida desde las ONG y también como jefe de Prensa del Ministerio de Salud en
Colombia durante la administración de Camilo González Posso. Gracias a su
intermediación fui el primer homosexual pagado por la Organización Mundial de
la Salud como asesor de un Ministro de Salud para el Programa nacional de sida
de Colombia. Fue directora de la Fundación Apoyémonos, Fundación colombiana de
apoyo en sida, hepatitis y otras enfermedades de transmisión sexual.
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