sábado, 12 de enero de 2019

Todo se derrumba, todo se construye


Quinto de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”.

Enero 12 de 2007
Me ha llegado un correo de la Embajada de España en el que me anuncian que puedo pasar a recoger mi pasaporte... No me informan si me han dado la visa o no, así que debo esperar hasta el lunes a las 10 de la mañana para saberlo.
He llamado a las personas a quienes les solicitaré la carta de apoyo para soportar mi caso de petición de asilo. Aun cuando solo he dado una idea general de mi interés todas las personas me han dicho que sí. De todas formas, decidí que los encuentros serán posteriores a la entrega del pasaporte, así estaré seguro de mi viaje a España.
La dueña de la casa en la que yo vivo la ha vendido. Nuestra vivienda es un monumento arquitectónico, pero tengo la sensación de que por el tamaño y el número de habitaciones el nuevo dueño lo que quiere un puticlub. Hemos aceptado que hagan algunos arreglos en la vivienda y nos hemos sorprendido porque están haciendo cambios que nos parecen innecesarios. Intentan bajar la altura de los techos...
Es una lástima que destruyen así el edificio a pesar de que les informamos que no pueden hacerlo debido a que es una construcción protegido por el Estado. En la medida en que han pasado los días han ido invadiendo los espacios como una forma de presionarnos para que entreguemos la vivienda antes de la fecha programada que será más o menos en dos meses. Me produce cierta tristeza que dañen la casa y parece no importarme, mi mente está en otras necesidades a pesar de que yo mismo estudié los repintes de las paredes hasta encontrar los colores originales para pintarla, igualmente fabriqué la yesería del artesonado y logré conseguir copias de las lámparas originales.
No quiero ponerme a hacer las maletas todavía, no tiene sentido organizarlas sin la confirmación de la visa. En caso de que me dijeran que no me la otorgan intentaré viajar a otro lugar, lo haría a los Estados Unidos, probablemente, tengo una visa de 5 años que me fue otorgada a través de Naciones Unidas; la he tenido por 20 años o algo más y creo que no me van a poner ningún problema para la entrada; de todas formas, me interesa mucho más llegar a España que a Estados Unidos u otro país.
Iniciaré organizando los libros sobre sexualidad que lo daré al centro LGTB de Bogotá. También les donaré algunos de los equipos para la proyección de vídeo y algunos libros adicionales.
Me es muy difícil ubicarme mentalmente viviendo en otro país. Es una sensación muy diferente saber que voy a vivir de manera permanente a hacerlo por máximo dos meses como sucede en las consultorías. Está bien es distinta la sensación porque sé que voy a llegar a una vivienda que será para mí solo y no a una habitación de hotel. El apartamento al que llegaré está amueblado y yo solo debo llevar mis ropas y mis libros; me gustaría tener algunas cosas que sean mías y le den un toque personal.
Pensar en una estancia permanente también es algo muy diferente porque en las consultorías y asesorías que he realizado sabía que iba a regresar, en el caso del asilo seguramente sería luego de cinco, diez o incluso más años.
Tampoco sé cómo será vivir en una ciudad de forma permanente durante el invierno. He visto los pronósticos del tiempo que habrá en San Sebastián y estará nevando cuando yo llegue. Yo he vivido en los Alpes por máximo 10 días, pero es muy diferente cuando sabes que el frío no será una experiencia pasajera.


He llorado un poco… me ha llamado la atención que lo he hecho mirando el jardín; creo que esos recuerdos de las gatas caminando por entre las plantas, las feijoas en el piso recién caídas del árbol, los desayunos al aire libre y la mirada de los techos desde la ventana que da al patio desde la segunda planta, me acompañarán por largo tiempo.
Alicante, enero 12 de 2017.
En este link puede leerse la primera entrega de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”: Gozar de la cercanía de los seres amados: El mari(ca)... del Manuel; Leer aquí la segunda entrega: Del corazón y otras razones; en este link la tercera entrega: Cuando el cloro de la piscina de la vida cotidiana irrita tus ojos; y aquí la cuarta entrega: En medio de la tempestad algo de calma.

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