lunes, 14 de enero de 2019

De los ritos de la vida y de la muerte


Séptimo de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”

Enero 14 de 2007



"Se sintió olvidado, no con el olvido remediable del corazón, sino con otro olvido más cruel e irrevocable que él conocía muy bien, porque era el olvido de la muerte".

Gabriel García Márquez. Cien años de soledad


El artista Rubén Darío Serna pensó que yo no sería un muerto cualquiera sino un muerto importante y decidió hacer un busto de mí que sería colocado sobre mi tumba. En el momento en que él hacía la impresión del busto en silicona directamente sobre mi cabeza y yo tan solo podía tomar un poco de aire por medio de unos pitillos puestos en la nariz es tal vez la primera oportunidad que recuerdo en la que pensé en la muerte como una posibilidad cercana. Rubén conocía de las amenazas contra mi vida y esta era una manera de hacer el duelo.
Esto puede entenderse como un ejercicio de realismo fantástico, pero yo lo comprendo más como un ejercicio de realidad. Algunos meses después, en una fiesta de brujas aprovechando en la oscuridad de uno de los patios de la casa construimos allí una especie de cementerio y utilizando un féretro que nos habían donado para alguna de las personas que morían a causa del SIDA hicimos una tumba; para hacer aún más tétrica la situación humo de hielo seco salía de entre la tierra.
En el sueño de anoche vi las personas que venían a mí entierro, fue una sensación muy real y aterradora, pero extrañamente también era divertido escuchar las frases de las personas decían sobre mí. Me alegré de escuchar las palabras de algunas personas que sé que me aman y sonreía con la presencia de algunos hipócritas y sus opiniones sobre mí... En el sueño corroboré que todos muertos son buenos.
No era un momento de llanto ni de tristeza, era más bien una conmemoración a la que también llegaron algunas personas que habían fallecido a causa del SIDA, exparejas genitales, mis ex-mi-amores, incluso aquel cuya presencia no me esperaba porque sabe cuánto me molestó que vulnera los derechos de quiénes eran nuestros pacientes.
Cuando me desperté reflexiones sobre el hecho de que siento que estoy preparado para la muerte, esta es una idea que me ronda la cabeza y que me obliga a ser siempre lo mejor que puedo hacer y sin tener que arrepentirme de ello.
En ese simbólico sepelio nadie hablaba acerca de cómo yo había muerto... El cadáver estaba intacto y me sorprendió que alguien hubiera puesto la bandera marica sobre el cajón. No sé a quién se le ocurrió que las velas deberían ser rosadas aun cuando era evidente que hacían juego con el triángulo rosa que estaba sobre una corona de anturios... Me alegró que quien hubiera tomado esa decisión hiciera gala de humor negro.
Sonreí pensando que los paramilitares que me habían enviado a casa esquelas de muerto y coronas fúnebres no se habían tomado ni siquiera la molestia de enviarme alguna más.
Me quedé por largo tiempo en la cama, no estaba haciendo pereza simplemente cavilaba sobre el hecho de haber tenido grandes amores y pocos desamores. Me reafirmé en la idea de que si yo pudiera volver a nacer escogería ser marica desde más temprano y que no cambiaría para nada el guion de mi existencia porque tengo claro que volvería a trabajar por los derechos de las minorías sexuales y de las personas que viven con el SIDA o la esclerosis múltiple y que continuaría en educación de las comunidades aun cuando ello me volviera a significar amenazas de muerte y la muerte misma.
Tal vez lo único que sería diferente es que diría a las personas más continuamente que las extraño y las amo. La ventaja de seguir vivo es estar haciendo aquello que me llena y me hace feliz pero que sobre todo me ayuda a crecer como ser humano.
Esta es la razón por la que por la que en este día he llamado a algunos amigos con los que poco hablo con la excusa de desearles un feliz año nuevo y de paso decirles cuanto les amo.
Me extraña que las personas no estemos preparados para recibir afectos y que consideren que algo nos pasa para que los expresemos...
Lo otro que me ha parecido extraño de este día es que siento que no odio a quienes me han amenazado, de alguna manera yo entiendo que ellos tienen otra manera de explicar la vida y los derechos y aun cuando por supuesto no estoy de acuerdo con estas formas de violencia en la comunicación también reconozco que algunas veces yo he sido muy directo y casi violento en los encuentros con ciertos líderes de la derecha que me han enfrentado en algunos programas televisivos de opinión.
Vino a mi mente uno de esos recuerdos que se relaciona con el programa de la noche de Claudia Gurisatti en el que le dije a Galat que yo le daba gracias a Dios por haberme hecho a su imagen y semejanza, pero que dicha comprensión me llevaba a pensar entonces que Dios también era marica. El senador y pastor cristiano que estaba en el programa se molestó muchísimo y se retiró del mismo.


Alicante, enero 14 de 2019
Lea en estos links los demás relatos
En este link puede leerse la primera entrega de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”: Gozar de la cercanía de los seres amados: El mari(ca)... del Manuel; Leer aquí la segunda entrega: Del corazón y otras razones; en este link la tercera entrega: Cuando el cloro de la piscina de la vida cotidiana irrita tus ojos; aquí la cuarta entrega: En medio de la tempestad algo de calma; en este otro la quinta entrega: Todo se derrumba, todo se construye; es este link la sexta entrega: No solo de recuerdos está hecho el mundo; la séptima entrega: De los ritos de la vida y de la muerte; y,  por último Abandonar y quedarse al mismo tiempo, que puede leerse aquí.

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