viernes, 11 de enero de 2019

En medio de la tempestad algo de calma


Jueves 11 de enero de 2007, cuarta entrega de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”.

Cuando tú eres públicamente homosexual en un país en el que continuamente se vulneran los derechos no solo te haces visible tú, sino que al hacerlo también creas las circunstancias para que otros se hagan visibles. Que todos se den cuenta que tienen un hermano, sobrina, tía, cuñado, amiga... que alguien a quien aman es gay, lesbiana, bisexual, transexual, transgénero, intersexual, que no ve la obligación de definirse por un género o en una orientación sexual, entonces comprenderán que los derechos no son solo para ti, el explícitamente sexuado y diverso, sino que son para todos, todas y todes.

Yo no sé exactamente por qué me están amenazando de muerte; bueno, es evidente que son los paramilitares, pero me extraña porque es contradictorio pues dentro de los paramilitares también hay personas que viven con  SIDA, homosexuales y personas que han sido vulneradas en sus derechos... Pudiera ser la misma homofobia internalizada, el miedo a que se conozca acerca de su diagnóstico, muy seguramente tendrá que ver con pensar que el poder político no está en que triunfen sus ideas sino en el poder económico que se deriva de hacer leyes a su antojo y necesidades. Creo que probablemente a los paramilitares lo que más les ha molestado de mi discurso es que los haya relacionado con la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes... Pero a mí nunca me dijeron por qué me amenazan de muerte.

Nuestra vida muchas veces depende de otras personas y eso lo entiendo porque teóricamente tengo claro que somos seres relacionales y ecosistémicos. Y cuando digo depende lo es, bien sea para nuestra felicidad o para acabar definitivamente con ella. Ahora, por ejemplo, tengo que decidir si me voy en un bus de transporte público o me desplazo a Bogotá con una de mis hermanas en su auto.
Me decido por el auto porque he pensado en parar en el camino y comprarme algunas pulpas de frutas congeladas, especialmente algunas de esas que son exóticas incluso estando en Colombia; esto tiene que ver con que me gustaría tener recuerdos de los sabores de algunos alimentos que sé que probablemente no volveré a probar. El olor de la guayaba madura, del mango que chorrea almíbar por las manos, el sabor del aguacate que pesa casi un kilo... Me gustaría ir a El Socorro y comer carne oreada o seca, su sabor no solo me une a mis raíces, sino que trae a mí el recuerdo de mis idas a confines a la casa de mi tío Antonio; me gustaría quedarme una vez más en el Hotel Nueva Venecia y hablar con mis primas.
Sé que muchas de esas cosas no serán posibles y que debo alimentarme de los recuerdos previos, también tengo claro que el tiempo no corre a mí favor y que no sé si debo irme en 2, en 5 o en 10 días porque salir del país no depende de mí sino de la embajada y de que encuentra un cupo en un vuelo que llegue directamente a España... Es extraño, pero no puedo tener una escala técnica a otro lugar de Europa diferente a España porque el asilo se solicita en el primer país de la Comunidad Europea al que se llega.
Yo me he decidido por España porque es un país en el que la población LGBT tiene bastantes derechos, por supuesto también tengo claro que allí hay vulneraciones y que las seguirá habiendo, pues como ya he dicho en otras ocasiones el hecho de que cambie la norma no quiere decir que cambie la cultura y menos las relaciones sociales. También la lengua es algo que me atrae porque creo que es mucho más fácil la cotidianidad si el idioma nos sirve como instrumento comunicacional que nos permita la integración social, cultural, política...
No sé qué tan fácil será conseguir un trabajo, a pesar de esta incertidumbre el hecho de ya tener una vivienda por lo menos durante los 5 primeros meses de vida en San Sebastián me produce cierta tranquilidad.
Algunas veces tengo dudas de si me otorgarán la visa de estudiante... A pesar de ello, mis planes se orientan desde la idea de que voy a tenerla y que voy a viajar.
No le tengo mucho miedo al futuro, incluso tampoco le tengo mucho temor a la soledad, aun cuando si tengo cierto miedo pues luego de que pida el asilo no podría salir de España durante los siguientes tres años y entonces mis posibilidades económicas van a cambiar significativamente pues ya no podré trabajar en consultoría internacional.
Otra situación incierta es mi trabajo en la universidad en Colombia porque mi contrato es como maestro presencial e investigador y no sé si la institución está preparada para tener un maestro que resida en otro país.
También se me crean interrogantes frente a la posibilidad de la militancia en organizaciones LGBT y de derechos humanos trabajando en España porque no conozco cuál es su apertura a tener miembros internacionales y por otra parte desconozco si yo podré acomodarme a otra situación legal con relación a los derechos de las personas e incluso a la manera de establecer los vínculos afectivos y emocionales. La experiencia de mi relación con Jean, mi-ex-mi-amor francés me dice que las relaciones interculturales son muy complicadas porque somos tan marcadamente autóctonos que fácilmente podemos hacer de una pequeña grieta un gran abismo.
Gracias a la vida no he perdido la capacidad de sorprenderme como tampoco la de acomodarme a la nueva situación; mi experiencia en la consultoría en diferentes países no sólo me ha llevado a dormir tranquilamente en otras camas, a disfrutar de otras comidas, reconocer la diferencia en los saberes y experiencias culturales como también a abrirme a otras maneras de vivir el cuerpo y los afectos cotidianos.
En medio del caos este ha sido un día tranquilo... No he mirado muchas veces el correo y la ansiedad que tenía ayer al ver que no llegaba la respuesta desde la embajada he logrado quitármela de encima dedicándome al disfrute de los afectos, jugando voleibol con la familia y haciendo algunas fotos cuyos archivos llevaré conmigo.
Alicante, enero 11 de 2019.

Lea en estos links los demás relatos
En este link puede leerse la primera entrega de los “Relatos del Exilio de una víctima marica”: Gozar de la cercanía de los seres amados: El mari(ca)... del Manuel; Leer aquí la segunda entrega: Del corazón y otras razones; en este link la tercera entrega: Cuando el cloro de la piscina de la vida cotidiana irrita tus ojos; aquí la cuarta entrega: En medio de la tempestad algo de calma; en este otro la quinta entrega: Todo se derrumba, todo se construye; es este link la sexta entrega: No solo de recuerdos está hecho el mundo; la séptima entrega: De los ritos de la vida y de la muerte; y,  por último Abandonar y quedarse al mismo tiempo, que puede leerse aquí.

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