lunes, 11 de junio de 2007

Una inmigración de la que no se habla

No todos los inmigrantes LGBT son asilados, pero tanto los unos como los otros crean en su pais receptor condiciones para mejorar su bienestar y calidad de vida, Deciden vivir lejos de sus paises de origen, lugar en el que su orientación sexual o su identidad de género son motivos de discriminación, estigma, vulneración, separación social y en muchos casos, de otras formas de violencia física y emocional.

Textos de María Jesús Montes
No se les menciona, pero existen. Lesbianas, homosexuales y transexuales también cuentan en la suma de la inmigración. España, al frente en los derechos para estos colectivos (que el 30 de junio celebran el Día del Orgullo Gay) los ha acogido con más tolerancia que en sus países, donde su identidad sexual puede ser motivo de discriminación o de muerte.

Las razones para emigrar abundan, pero de la que casi nunca se habla es de aquella por la que una persona sale de su país porque es hombre y ama a otro hombre; o es mujer y quiere a otra mujer. Lesbianas, gays, bisexuales y transexuales venidos de distintos lugares también suman en las cuentas de la inmigración, a pesar de ser invisibles para la mayoría, acostumbrada a catalogar a los extranjeros en términos fundamentalmente económicos (trabajadores, contribuyentes, consumidores…).

España se puso a la vanguardia en derechos para los homosexuales con la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2005 y, en general, es un lugar tolerante y respetuoso, un remanso para quienes vivían en su tierra, en silencio o en sufrimiento, su identidad sexual.Ser gay puede significar una condena a muerte en ocho países (Afganistán, Irán, Mauritania, entre ellos) según el informe presentado en mayo por la Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA). Además, 85 gobiernos mantienen otro tipo de condenas, incluso penas de cárcel, para quienes mantengan relaciones con personas de su mismo sexo. Según este organismo, un homosexual es asesinado cada dos días en América Latina a causa de su condición, especialmente en Brasil, México y Perú.

En la sede de Cogam, el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid, ha habido un incremento de consultas de inmigrantes, sobre todo, desde 2002. El perfil de usuario más común es el de un hombre, joven, de Ecuador. También trabajan con chicos que ejercen la prostitución (mayoritariamente de Colombia, Brasil y del Este de Europa) y con mujeres transexuales abocadas a desempeñar este oficio. “En este caso, son apabullantemente ecuatorianas”, describe el vicepresidente de Cogam, Alberto Martín-Pérez. De las 48 nuevas consultas realizadas en abril por transexuales trabajadoras del sexo, 38 fueron hechas por personas de esta nacionalidad.

A la Asociación Catalana para la Integración de Homosexuales, Bisexuales y Transexuales Inmigrantes (ACATHI), nacida en Barcelona en 2003, y de momento la única creada con el objetivo de atender las necesidades de los extranjeros, se acercan, en cambio, más argentinos y chilenos.Lo común a todos es la búsqueda de apoyo social y emocional. “Necesitan conectar con un grupo de iguales, conocer gente en su misma situación”, describe Martín-Pérez. Y apunta a que esas redes afectivas no suelen encontrarlas en sus compatriotas: “Muchas veces no se sienten vinculados a ellos porque consideran que a su lado seguirán estando sometidos a la misma exclusión que vivieron en sus países de origen”.

Esto se entiende, según el antropólogo social de la Universidad Autónoma de Madrid, José Ignacio Pichardo, autor de la investigación Migraciones y opción sexual, por la necesidad de “romper con la biografía y establecer una nueva identidad, empezando de cero, en un contexto de respeto más generalizado”. Y si para muchos inmigrantes homosexuales el anonimato es un escudo, para los de Marruecos, donde se contemplan penas de cárcel de hasta tres años para “los actos lascivos y antinaturales” entre personas del mismo sexo, la invisibilidad es más acentuada. El coautor de un estudio en proceso sobre la vivencia de la homosexualidad en los inmigrantes de países musulmanes, Fernando Villaamil, destaca que la inmensa mayoría de los consultados en este trabajo no había comunicado “nada a sus familias”, estableciendo así vidas paralelas.El riesgo que sí corren los gays venidos de otros países es de ser presa fácil del VIH. Para Martín-Pérez saber que hay que usar un condón o cómo ponérselo no es, de por sí, un factor de protección. “Los inmigrantes han vivido su identidad sexual de forma más conflictiva, han crecido más discriminados y con la idea de que ser homosexual es una mala cosa. Entonces, creen que su salud no es tan valiosa, que merece menos la pena protegerse, y esto los hace más vulnerables”.

Johnattan Bernal y Pedro Montero, mexicanos, se hicieron novios en la capital azteca hace cinco años. Cuando el matrimonio entre personas del mismo sexo era un proyecto en ciernes, se vinieron a España porque la idea les ilusionaba. En diciembre de 2005 se casaron en Madrid. “En México no sufríamos discriminación, porque aunque hay machismo, éste afecta más a las mujeres que a los gays”, opina Johnattan (en la foto, a la dcha.). Según el Instituto Nacional de Estadística, en el segundo semestre de 2005 se celebraron 1.275 bodas de personas del mismo sexo. Entre varones, una de cada cuatro contó con un cónyuge de nacionalidad extranjera (más del doble que la proporción entre las parejas heterosexuales). “Quizá es que la mayoría de los gays latinos llevan su condición muy a escondidas y terminan haciendo más amigos epañoles, con los que establecen relaciones”, aventura el mexicano.

Solange Tragodara, peruana de 26 años, dirigía en Lima una ONG que asesoraba a mujeres lesbianas, como ella. Por su labor fue secuestrada y agredida, hasta que una traumática paliza la llevó al hospital y forzó su salida del país. Aprovechó en 2004 un viaje como representante juvenil de Perú al Forum de las Culturas de Barcelona para pedir asilo. Por varias casualidades terminó en Bilbao, donde CEAR Euskadi se ha hecho cargo de su caso y el de su pareja, peruana, con quien emigró. El pasado marzo les negaron el estatuto de refugiadas y ahora deberán esperar casi dos años hasta la resolución del recurso administrativo. Extraña su trabajo en Lima, pero aquí ha ganado tranquilidad.

“Aunque se supone que los derechos de los homosexuales allá están reconocidos, la realidad lo desmiente. En la zona rural del país, por ejemplo, no es raro que a una lesbiana la violen para intentar cambiarla”. Mujer activa, (ver su web: http://solange.tragodara.googlepages.com/ ), está creando, con el apoyo de la asociación Aldarte (http://www.aldarte.org/ ), un grupo de mujeres latinoamericanas lesbianas residentes en el País Vasco y Navarra.

Lizethe Álvarez, colombiana, se ha sentido siempre “neurológica y psicológicamente mujer”, pero su cuerpo era masculino. Soportó descalificaciones que le ocasionaron un “daño profundo”, a pesar de contar con el amor de sus padres. Escapar de la discriminación la llevó a Alemania, donde aprendió a ser “respetada” y a tener derechos “como mujer”. Luego recaló en España, donde ha desarrollado una ferviente militancia, respaldada por Cogam, a favor del colectivo transexual, muy desfavorecido. Además de luchar por hacerlo “visible”, quiere que la Ley de Identidad, que permite cambiar el nombre y el sexo en los documentos oficiales sin someterse a una operación, también beneficie a los inmigrantes.

DATOS PRÁCTICOS....... Cogam (Tel: 91/5224517. www.cogam.org
Fundación Triángulo. Tels: 91/5930540

Tomado de la revista Toumaï, año v número 49. junio 2007. www.toumaï.es

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